Siempre que viene el fin de un ciclo, algo nuevo, o algún incidente en nuestras vidas es cuando se nos ocurre intentar cambiar las cosas que no nos gustan. Hace no mucho experimenté la pérdida de dos personas, una de las cuales, quien ya era mayor y desde hace mucho tiempo se veía venir este suceso, y una joven de quien ese suceso nos tomó de sorpresa.
Hasta hace poco planeaba reclamar a algunas personas algunos problemas que hemos tenido, lo de siempre, hacernos los ofendidos y esperar que nos rueguen por los errores que les achacamos, pero que simplemente son el reflejo de lo que son.
La vida es demasiado corta como para desperdiciarla en esas cosas, hay veces que en vez de reclamar las cosas que te molestan preferiría estar abrazando a esa persona, diciéndole que la quiero, disfrutar los pocos momentos que tenemos juntos. Es una pena que sólo por esta clase de incidentes sea que nos podamos dar cuenta de que la vida es tan corta, y lo peor es el olvido, que a pesar de lo que ha pasado, de que hayamos perdido a una persona sigamos sin apreciar nuestra vida, de vivirla, de disfrutarla y de darnos cuenta que en cualquier momento va a terminar, y que no podemos hacer nada para impedirlo.
Es en estos momentos cuando nos damos cuenta que lo único que importa es el ahora, lo que hacemos, no lo que hicimos ni lo que haremos o planeamos hacer.
Este es el único momento que importa y que debemos disfrutar, no alocadamente diciendo que es el último y sin pensar las consecuencias que tendrán nuestros actos, con responsabilidad y sobre todo disfrutando lo que hacemos, sabiendo que está bien y sin arrepentirnos de ello.
¿Por qué no en vez de estar leyendo esto le dices a la persona que te gusta lo que sientes por ella? No esperes un accidente para poder expresar lo que sientes, no dejes que sea demasiado tarde, no dejes que ya no haya esperanza.
Atrévete a vivir tu vida y a disfrutarla, pues el único momento que importa es este.
LEOMITZUKI 